Antes de la Reforma Penal de 2008, el sistema judicial penal era inquisitorio, obscuro en sus procesos y procedimientos, la víctima prácticamente no participaba en el proceso; la confesión era la madre de todas las pruebas y la investigación del delito era prácticamente nula. Antes, en la mayoría de los casos, el juez no estaba presente en las diligencias y desahogo de las pruebas. Más de la mitad de los presos no habían sido condenados. Con el nuevo sistema de justicia penal la investigación se convierte en la pieza fundamental que aportará las pruebas para juzgar la comisión del delito. Esto obliga a la capacitación exhaustiva de policías, ministerios públicos, peritos, magistrados y jueces.

Con el nuevo sistema de justicia penal, los jueces están obligados a presidir las audiencias. Los juicios son orales, abiertos y transparentes.

El Nuevo Sistema de Justicia Penal, supone en su concepción, visualizar la cadena de justicia como un sistema, como un todo, en donde cada parte es un eslabón vinculado entre sí; en donde no hay piezas sueltas y cada una depende de las demás.

Se han desarrollado medidas alternativas para que la cárcel sea la última opción y, en el caso de delitos menores, se puedan tanto resarcir los daños como buscar mecanismos alternos para la solución del conflicto.

Asimismo, por vez primera se considera la participación de la víctima para que ésta conozca todo lo relacionado con el proceso. Una demanda puntual es la equidad jurídica para inculpados y víctimas.

Así, uno de los objetivos fundamentales de México SOS, desde su fundación, ha sido el de impulsar la propia reforma penal, promover su adecuada implementación, poner en la agenda nacional los elementos fundamentales para lograr la instauración integral de la reforma penal y, con ello, ejercer presión positiva a las autoridades para que lleven a cabo las acciones que permitan su consolidación.

México SOS ha co-organizado los 9 Foros Nacionales sobre Seguridad y Justicia (de 2009 a 2017), espacios que se han consituido como un referente en los temas de seguridad y justicia y un espacio de incidencia efectiva en las decisiones, especialmente en el tema del Nuevo Sistema de Justicia Penal; así se han posicionado en la agenda nacional temas tan importantes como la urgencia de un código nacional de procedimientos penales (ya en operación); la inaplazable reforma integral al sistema penitenciario, la relevancia de destacar y replicar las prácticas exitosas de los estados, la necesaria socialización-ciudadanización de la reforma penal, entre otros.