Mandela: hombre de historia, líder que inspiró a millones en el mundo

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Por México SOS

Calificado como espíritu rebelde, el preso político más célebre del mundo, héroe de la lucha racista contra el Apartheid, ícono mundial de la reconciliación entre blancos y negros, apóstol del pacifismo, maestro de la humanidad, ejemplo de superioridad moral y ética, Nelson Rolihlahla Mandela, fue un activista y político sudafricano que, tras una larga e intensa lucha y 27 años de cárcel, ganó las primeras elecciones democráticas de su país, en las cuales se pudo ejercer el sufragio universal sin ninguna clase de limitaciones por cuestiones raciales. Situación que hizo posible que Sudáfrica iniciara la transición hacia un sistema democrático y el inicio de un proceso de abolición de leyes racistas.

Aficionado al boxeo y a las mujeres, fundador en 1940 de la Liga de la Juventud del Congreso Nacional Africano (CNA), líder del movimiento de desobediencia civil contra el régimen sudafricano que limitaba la libertad de la población negra para desplazarse por las ciudades (1952) y quien ante la violencia de los blancos holandeses y la impotencia de la resistencia pacífica, se convirtió en el fundador y estratega del brazo armado del CNA (1961) para dirigir sus actividades de sabotaje contra objetivos industriales y militares del régimen sudafricano, reivindicando el derecho a vivir y el uso de la violencia ética y justificada.

Hijo del jefe del clan Thembu, familia real de la etnia xhosa, Mandela fue un conocedor profundo del sufrimiento y tradiciones de su pueblo, que supo apoyar y desarrollar su estrategia de lucha a partir de la singular filosofía del humanismo africano, quien considera que el poder emana de los demás y que el individuo sólo puede mejorarse en una interacción no egoísta con su prójimo.

Desprovisto de la egolatría que provoca el ser llamado profeta, leyenda viva o ídolo de su pueblo, Madiba, como cariñosamente le llamaban sus seguidores, se consideraba a sí mismo únicamente un líder, que no buscaba imponer su opinión ni exigía que los otros lo siguieran. Apoyado en la filosofía Ubuntu, que centra sus principios en la lealtad de las personas y las relaciones entre estas, el ex Presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz 1993, consideraba que un buen líder es aquel que escucha, propone una síntesis y luego se esfuerza por elaborar líneas de conducta y llevar a la gente a actuar; de forma tal que si nos toca realizar algo en este mundo, tendremos que compartir el mérito a partes iguales con los demás por su trabajo y su eficacia.

Sin lugar a duda, mucho es lo que el mundo le reconoce a Mandela por su lucha a favor de los derechos de los negros, por su participación en la abolición del régimen del Apartheid, por su insustituible participación en el proceso de reconciliación entre blancos y negros en la Sudáfrica moderna, y por ser inspirador de un singular tipo de liderazgo democrático: consecuente hasta el final de sus días.

Por esta razón, en noviembre de 2009 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 18 de julio Día Internacional de Nelson Mandela en reconocimiento a la contribución realizada por el ex Presidente de Sudáfrica a la cultura de la paz y la libertad; por su dedicación al servicio de la humanidad mediante la participación en la solución de conflictos, las relaciones interraciales, la promoción y protección de los derechos humanos, la reconciliación, la igualdad entre los géneros, los derechos de los niños y otros grupos vulnerables, la lucha contra la pobreza y la promoción de la justicia social.

Más aún, en 2015 la propia ONU decidió ampliar el alcance del Día Internacional de Nelson Mandela, con el fin de promover condiciones de encarcelamiento dignas para las personas privadas de la libertad, sensibilizar al mundo sobre el hecho de que los reclusos son parte integrante de su sociedad y reconocer la labor del personal penitenciario.

Motivo que propició la revisión de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos y que se les reconozca, desde entonces, como Reglas Mandela, en homenaje al legado que nos heredó el proceder sudafricano.



     
   
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