La Laguna, ¿caso de éxito en seguridad?

Por México SOS, 29 de mayo, 2019.

A punto de cumplir 50 años de existencia con su actual nombre, Lázaro Cárdenas (antes Melchor Ocampo) es un puerto industrial y comercial de gran magnitud localizado en las costas del Pacífico mexicano, dentro de territorio michoacano.

Su tamaño y modernas instalaciones, así como su céntrica localización geográfica, lo convierten en un punto de enlace estratégico para el comercio internacional al conectarlo con 151 puertos de 53 países de Asia, Norteamérica y América Latina.

La conectividad que mantiene con el centro y norte del país, y la cantidad de contenedores cargados de mercancias sólidas y líquidas que recibe y gestiona anualmente (en 2017 fueron estimados en 1.2 millones), principalmente a través de buques que exceden las dimensiones máximas permitidas para transitar por el Canal de Panamá, convierten a este puerto en el primer lugar nacional en movimiento de granel mineral y segundo en carga comercial, movimiento de contenedores y vehículos. (II)

Pero no sólo eso, nuestro prestigiado puerto comercial e industrial ha padecido y padece, desde hace tres lustros, el acecho de los más poderosos grupos mexicanos del narcotráfico, que lo han utilizado como puerta de entrada para el tráfico de drogas y de precursores químicos que usan en la elaboración de drogas sintéticas; estos últimos provenientes principalemente de China y Sudamérica.

La incautación de cargamentos de droga, sobre todo cocaína, y de precursos químicos (líquidos y sólidos), dan cuenta de la importancia estratégica que tanto el Puerto de Lázaro Cárdenas como los de Manzanillo y Veracruz, han cobrado para la cadena de producción y tráfico de drogas en México.

Con datos de la Secretaría de Marina, se sabe que entre 2007 y 2018 se incautaron, en los tres puertos, un millón 29 mil 868 kilogramos sólidos de precursores químicos y un millón 119 mil 110 litros de precursores líquidos, de los cuales 453 mil 584 kilos y 712 mil 051 litros, se realizaron en Lázaro Cárdenas.(II)

Como es de suponer, la lucha contra el tráfico de drogas y la actividad de los grupos delictivos en el municipio, y en todo Michoacán, afectaron las actividades del Puerto, de las empresas que alberga y, por supuesto, de nosotros, sus habitantes. No sólo por el gran despliegue de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno que, paulatinamente, permitieron recuperar el control del Puerto y devolver la seguridad y tranquilidad al municipio, sino por las rémoras que vienen aparejadas con la presencia territorial de las células delictivas.

Por ejemplo, entre 2010 y 2016 nuestro municipio fue noticia principal de muchos medios de comunicación que destacaban los homicidios, secuestros y/o atentados en contra de funcionarios del gobierno local, de altos mandos de las fuerzas de seguridad federal y de destacados directivos de las empresas portuarias; de supuestos delitos o actos de colusión con delincuentes cometidos por funcionarios gubernamentales, de los enfrentamientos de los grupos delictivos contra las fuerzas de seguridad, de robos a transeúntes, comercios, casa habitación y de vehículos; de extorsiones, secuestros y homicidios dolosos.

Es en medio de esa terrible crisis que ciudadanos de a pie, empresarios, comerciantes, directivos de centros educativos, organizaciones sociales, autoridades comunales y de la iglesia católica, cansados de vivir en medio de la violencia e inseguridad, asumimos el reto de coordinarnos para hacer frente a la situación.

Una primera medida fue buscar asesoría para articular nuestros esfuerzos organizativos y después para acercarnos a las autoridades de los tres niveles de gobierno. En este trayecto encontramos el apoyo y orientación de la Fundación México SOS, a quien conocimos gracias a FUCIDIM (Fundación Ciudadana para el Desarrollo Integral de Michoacán A.C.) quien nos conminó a pasar de la protesta a la propuesta y colaboración con las autoridades para emprender acciones coordinadas y corresponsables que nos permitieran abatir los altos índices delictivos que nos aquejaban.

Después de un arduo trabajo de dialógo y gestión con las autoridades, en marzo de 2015 logramos instalar nuestra Mesa de Seguridad y Justicia e iniciar la ardua labor de discusión, análisis y construcción de acuerdos para impulsar acciones concretas que beneficiarían a nuestra comunidad a través de una agenda en común, a la que desde entonces y hasta ahora, como organización de la sociedad civil, le damos puntual y comprometido seguimiento.

De nuestro trabajo y experiencias hay mucho que decir y faltaría espacio para dar detalles de todo ello. Pero tampoco queremos reducirlo a números que están consignados en las estadísticas oficiales para dar cuenta, por los resultados, sobre cómo autoridades y ciudadanos logramos sacar a Lázaro Cárdenas del ranking de las 50 ciudades más peligrosas del país.

Por ello, abusaremos del espacio para compartir nuestros logros en materia de atención a víctimas, en el fortalecimiento de nuestras instituciones, del aumento de tecnología para el control de la seguridad; en la prevención del delito y la reconstrucción del tejido social. Así, podemos decir que al cabo de cuatro años de fructífero trabajo hemos logrado:

Fuente: Animal Político