Los bajos salarios, la falta de capacitación y estímulos, así como el desorden dentro de las corporaciones son algunos de los graves problemas que aquejan a las policías locales.

Al analizar la realidad en la que vivimos llegamos a la conclusión de que el enemigo está en casa. Lo más deplorable del caso es que representan a la autoridad que debiera ser más cercana a la población.

El pasado 17 de febrero conocimos por una nota del periódico Milenio, que el grupo armado Tendencia Democrática Revolucionaria –Ejercito del Pueblo– una escisión del EPR, reivindicaba el secuestro como método guerrillero a fin de deslindarse de la actividad delincuencial, muchas veces apadrinada por cuerpos policiacos.

Una muestra más de la podredumbre en la que se encuentra el sistema policial de nuestro país: guerrilleros, narcotraficantes, secuestrados y cualquier tipo de delincuentes tienen la posibilidad de negociar con las autoridades policiacas para llevar a cabo sus fechorías.

Basta con leer los periódicos para enterarnos de un secuestro más que sale a la luz, mismo que representa una víctima que fue torturada, mutilada y, en muchas ocasiones, asesinada. Por supuesto, por cada caso que sale a la luz pública la pregunta es: ¿cuántos se quedarán en el anonimato?

Cuando se da la captura de alguna banda de secuestradores, con gran tristeza e indignación, vemos que detrás de cada secuestro en muchas ocasiones se encuentra el apoyo de la policía.

Nuestras calles se han vuelto tierra de nadie, donde por pocos o muchos pesos, un grupo de infames con apoyo de las autoridades policiacas puede arrebatarnos la tranquilidad de nuestras comunidades.

El asunto es un problema multifactorial que debe abordarse por diversos frentes empezando por mejorar la calidad de vida de los policías que vigilan a nuestras familias; mayores prestaciones, incentivos, remuneraciones y una mejor capacitación podrían significar un buen comienzo.

Sin embargo hay una salida legal: el Mando Único Policial, iniciativa que ya fue presentada en el Congreso. El problema es que nuestros legisladores están atorados en los cómos y los cuándos.

En este espacio no nos cansaremos de llamar a nuestros legisladores a trabajar por los mexicanos y poner este tema por encima de sus intereses políticos electorales. Discutamos la propuesta y busquemos acuerdos en los puntos en conflicto, para así sacar adelante una legislación acorde a las circunstancias.

@Alejandro_Marti